lunes, 31 de diciembre de 2007

¡¡Twist twist!!



Es costumbre que todo lo que empiece, termine. Y este año, que hemos vivido no muy peligrosamente, no podía ser menos.

Es práctica habitual también, aprovechar esta noche para pimplar todo lo que te había quedado pendiente del resto del año, por un precio además, cuatro veces superior al del día anterior. No seremos nosotros quienes le pongamos peros a tan antigua tradición. Allá cada uno con su hígado y con su bolsillo.

Copa en mano o no, los gaiteros creemos que la mejor manera, junto con una o dos más, de despedir el año y darle la bienvenida al siguiente es twistear con frenesí y dejar rodillas y caderas al borde de la luxación.

Por ello os ofrecemos dos muestras de cómo debe hacerse. Para que lo disfrutéis esta noche y alguna otra más. Sin contraindicaciones.

Y como no podía ser de otra forma y cumpliendo con otra tradición inexcusable de estas fechas, os deseamos un feliz 2008.

Quien sabe, quizá sea vuestro año. Por lo menos es un día más largo. Algo es algo.

Por último, y para no dejarnos ninguna tradición en el olvido, aprovechamos para pedirle a este nuevo año algo sencillo. Los gaiteros, de natural humilde, no aspiramos a mucho más.

Nos bastaría con no tener que oír nunca más que ningún entrenador, reputado o no, del deporte que sea, incluida la fórmula uno, -perdón, habíamos dicho deporte-, ha vuelto a decir a alguno de sus esforzados pupilos aquello que Johan Cruyff, gran jugador y entrenador y mejor persona, dijo a los suyos poco antes de la mítica final de Wembley.

Salid y disfrutad. Probablemente una de las frases más memorables del pasado siglo y con toda probabilidad la más repetida y peor utilizada.

Y ahora, no sean rancios y, ¡a twistear!

O salgan y disfruten, ustedes mismos, que ya son mayorcitos. Un año más concretamente.









jueves, 13 de diciembre de 2007

En lo más crudo del crudo invierno




Está nevando en Virginia y los nuestros van descalzos.

Parece ser que ésta es la única contribución de Scott Fitzgerald a Lo que el viento se llevó. No es gran cosa para una película que dura cuatro horas dirán algunos, -los de siempre-, pero sin duda es suficiente para mostrarnos el talento de su autor y hacer que la obra en cuestión sea aún más maestra.

En todo caso, ni nosotros somos el gran Scotty o su primo hermano Gatsby, también grande, ni estamos en Virginia, aunque el frío que hace estos días pueda llegar a parecerlo, por muy calzados que vayamos.

Cada uno lo lleva como puede. Algunos se decantan por el método Boris Yeltsin y se ponen de vodka hasta las orejas y más arriba, variante del más antiguo y tradicional, algo en desuso hoy en día, que precisamente responde al nombre de Scott Fitgerald, y que en vez de vodka se hacía con dry martinis, agitados, batidos, en escabeche o en pepitoria, según la hora del día.

Otros, más caseros y ajenos a todo lo relacionado con el cambio climático, optan por atrincherarse en casa y darle a la calefacción un tute de campeonato.

No seremos nosotros quienes os digamos cuál de las dos opciones es mejor. En todo caso, recordaros que no son las únicas. Así que para ayudaros a soportar tan gélidas jornadas, os proponemos una alternativa.

Vaso corto, vuestro destilado preferido y los chicos de la playa, la banda ideal para todas las estaciones y temperaturas del año, a todo trapo. Probablemente no tendréis menos frío pero seguro que estaréis más a gusto.

Se acercan además las fiestas de navidad, puntuales a su cita anual, aunque cada año dan la sensación, -ojo, una sensación nada más-, de empezar un poco antes, y se comenta que hay quien también utiliza algunos de los métodos antes mencionados, y otros menos contemplativos, ninguno de ellos muy cartesiano es cierto, para sobrellevarlas de la mejor manera.

Tanto si sois de los que se pasan el año esperando a que lleguen, como si lo que preferís es arrancar a mordiscos del calendario fechas tan señaladas, os deseamos a todos, felices fiestas.

Nosotros ponemos los Beach Boys. Los licores son cosa vuestra.










martes, 4 de diciembre de 2007

Yo en Nueva York




Al igual que la sidra el gaitero, una de nuestras preferidas, como los más despiertos habréis imaginado, y continuando su presentación, Yo, la película de nuestro amigo Rafa Cortés, es ya, irremediable y merecidamente, también famosa en el mundo entero.

Su última etapa, Nueva York; ahí es nada. Durante toda esta semana, con un puente que ríete tú del de Waterloo, será mostrada como su director la trajo al mundo en diferentes pases en el marco incomparable y de postín, y esta vez va en serio, del Lincoln Center.

Mientras tanto, porque no sólo de cine vive el hombre, y Rafa lo es y mucho, una nueva muestra de su talento multidisciplinar. Un corto publicitario de ciencia ficción que nos muestra la que se nos avecina, sin aspavientos ni alharacas y con el humor que le caracteriza.

Con el añadido de que ha contado con dos actores de su ópera prima. Los estupendos Miquel Pujol y Rafel Ramis, en especial este último, sosias de Luis Ciges, y desde su aparición estelar en Yo, uno de nuestros actores preferidos.

Confiemos siga contando con ellos, y algunos otros, en próximos proyectos y pueda formar una compañía estable de actores a lo Ford o Welles. Sus películas saldrán beneficiadas. Y nosotros, sus espectadores, también.

jueves, 29 de noviembre de 2007

El príncipe Carlos



Apreciado y criticado a partes iguales, el príncipe Carlos de Inglaterra, defensor de la caza del zorro y los gintonics, como buena parte de su entrañable pero algo disfuncional y churreal familia, más tampón que hampón según las crónicas y las escuchas ilegales, no es uno de nuestros príncipes favoritos. Ni tan siquiera de los que se llaman Carlos.


Cuando de príncipes Carlos se trata, los gaiteros sólo nos descubrimos ante uno. Iniciados en la realeza de la chanson por Juanita, su seguidora más decidida y resuelta, gracias a su insistencia y savoir faire os proponemos dos joyas para vuestro uso y disfrute.

Con vosotros, Charles Trenet, todo un príncipe.

Nobleza, aunque no sea baturra, obliga.










jueves, 22 de noviembre de 2007

1, 2, 3, 14





Con los años, los gaiteros nos hemos ido amansando. Actiudes que antes nos parecían no ya imperdonables sino merecedoras del peor de los castigos, con el paso del tiempo hemos ido tolerándolas, y la paternidad no ha hecho sino acrecentar el proceso.


Nos referimos, como es lógico, a todo aquello que tiene relación con las cosas importantes de la vida y que hacen que ésta merezca la pena vivirse.


Antaño por ejemplo, cuando pedíamos un cortado con leche natural, y nos hacían caso omiso en lo que a la temperatura de la leche se refiere y lo único natural era que nos lo sirviesen como al camarero le pareciese en ese momento olvidando también si lo queríamos corto o largo de café, no nos dolían prendas en hacer notar que no era así como lo habíamos solicitado. De forma educada eso sí, por lo menos las primeras cincuenta veces.

Cuando alguien hablaba en un cine como si estuviese en el mercado de la Boqueria, nuestro enfado nos convertía en una especie de primo lejano y loco, muy loco, de Tony Soprano y tras dejar claro nuestro disgusto, conseguíamos que el energúmeno en cuestión dejase de dar la barrila. Por lo menos durante el minuto siguiente. Minuto arriba, minuto abajo.


Nunca entrábamos en ninguna sala cinematográfica si la película escogida ya había empezado, preferíamos verlas en versión original, porque de esa manera fueron concebidas, de la misma manera que nadie traduce una canción y nos ponía frenéticos que en un pase televisivo cortasen la emisión para poner anuncios o que lo que quedase cortado fuesen las cabezas de los protagonistas por no respetar el formato en que fue rodada.


Actualmente nos hemos vuelto menos exigentes y nos conformamos con que la pantalla del cine escogido sea algo más grande que la tele de nuestro comedor, lo cual no es muy difícil, que los que comen palomitas no nos las tiren encima y sobretodo con que la sala en cuestión esté lo suficientemente cerca para poder ir y volver andando a casa.


Y no hace tanto que cuando algún mercachifle no ya interesado sino supuestamente versado en la cosa cinematográfica despotricaba de las películas de género y en especial de las del oeste, tildándolas de americanadas, lamentándose del genocidio indio, o las musicales, burlándose de qué era eso de ponerse a cantar sin ton ni son, siempre lamentábamos no llevar nuestros zapatos de claqué y no poder bailar sobre sus tumbas o sus cabezas, o las dos cosas a la vez.

Todo eso no obstante, ya pasó. Ya no lanzamos espumarajos por la boca cuando oímos según que comentarios. Que alguien prefiere a Meryl Streep en vez de Barbra Stanwyck pues allá ellos. No, es-que-yo-soy-más-de-Nicole-Kidman, que-mira-como-se-arriesga-en-sus-películas-pero-muy-bien-no-se-quien-es-Carole-Lombard, pues tú mismo con tu metabolismo. Los gaiteros hemos madurado y ya no nos afectan como antes según que cosas.


Pero por mucho tiempo que pase y por muchos hijos que tengamos, lo que nos sigue sacando de quicio son los cantantes-protesta, adalides de las buenas causas, todas ellas muy nobles sin duda y también muy publicitadas. Los Bob Geldorf, Elton John, Sting y otros desinteresados y entrañables personajes. Pero quien se lleva la palma, el rey de todos esos benefactores sin los cuales el mundo aún sería peor de lo que ya es, responde al nombre de Paul David Hewson, más conocido como Bono.

Que los polos norte y sur, de tanto derretirse están a punto de convertirse en uno, allí está él presto y dispuesto para recordárnoslo.

Que en abril ya no hay aguas mil, pues ahí va Bono, el ubicuo e incansable, al rescate.

Que los indios de la tribu de los atahualpa yupanqui se están quedando sin árboles y no tienen ni para flechas, pues festival que te monto en un plis plas.

Que el imperio austro-húngaro no pasa por sus mejores días, me pongo mis mejores pilas y galas y a reverdecer laureles centroeuropeos.

Con sólo mencionar su nombre, especialmente el más cortito, o con ver de lejos sus gafas de sol, durante años nos salían sarpullidos por toda la epidermis. Pues bien, como decíamos, eso ya no es así. Hasta en eso hemos cambiado. Y todo gracias a nuestro ya irreversible proceso de maduración y a la muchanante entrevista que ponemos a vuestra disposición. A los gaiteros no se nos caen los anillos por reconocer nuestros errores por reiterados y longevos que estos sean.


Paul David al desnudo. A sus casi cincuenta años, todavía sigue siendo ese chico que un día dejó su Dublín natal en busca de un sueño. Hablando sin tapujos de lo que supone ser una estrella de la música comprometida con su tiempo y nuestro espacio.

Rock y compromiso. Buenas acciones a cascoporro. Y si no, juzgad vosotros mismos.

Un gran tipo ese Bono oye. Y ya puestos, el otro también.

lunes, 19 de noviembre de 2007

¿Por qué no nos manifestamos?



Uno de los grandes misterios de la vida pública actual en Catalunya es la falta de respuesta articulada y masiva de los ciudadanos a la grave situación del servicio de cercanías de Renfe y a los demás efectos negativos de las obras del AVE en las comarcas que rodean Barcelona. La única manifestación realizada hasta hoy, que tuvo lugar el pasado 29 de octubre en la plaza Sant Jaume, resultó un fracaso. Se concentraron apenas mil personas y lo hicieron divididas, cada grupo con sus lemas y sus manifiestos...

Allí estaban desde dirigentes del PP catalán hasta militantes de las juventudes de ERC, desde vecinos y comerciantes de Bellvitge y Gornal afectados por las obras hasta miembros de la plataforma AVE pel Litoral y, perdidos en medio del follón, algunos pocos usuarios de Renfe que habían acudido.

Más que reclamar soluciones a las administraciones, los manifestantes se dedicaron mayormente a enfrentarse verbalmente, unos contra otros, ofreciendo así un espectáculo penoso y nada edificante. Esta concentración, convocada por internet y sin padre ni madre conocidos, fue peor que la desmovilización en sí...

¿Por qué no nos manifestamos?

La pregunta nos la repetimos todos, unos a otros, como torpes zombis extraviados entre el infierno y el cielo de nuestros gobernantes. A veces, hay quien tiene respuestas brillantes, verbigracia una periodista catalana que, haciendo gala de gran olfato, declaró en un reciente debate televisivo que si la gente no se manifiesta sería porque no hay motivo para llegar a tanto. Hay que ser ciego y sordo, o ser cheerleader gubernamental, para llegar a tal grado de cinismo argumentativo...

La primera razón por la que no hay manifestaciones es de orden práctico y es muy fácil de comprender. Los primeros y más afectados por la situación, los viajeros de Renfe, ya tienen bastante con buscarse la vida para moverse...

Resulta natural que la mayoría de los usuarios no estén para muchas manifestaciones después de invertir el doble de tiempo y de esfuerzos en desarrollar su vida normal. El cansancio también desmoviliza, pues es superior al cabreo.

El segundo motivo tiene que ver con nuestro sistema político...

La democracia represenatativa, con todos sus virtudes y defectos, es un contrato que consiste en delegar en nuestros políticos la gestión del común. No es que nos desentendamos, es que hemos decidido que alguien se hace responsable por cuatro años...

La tercera causa por la que no hay manifestaciones es la falta de un relato atractivo que unifique la propuesta. No es suficiente con decir no, hay que ofrecer (aunque sea implícitamente) una alternativa. Sin un discurso que de sentido al malestar, éste se convierte en una mera acumulación de microagravios particulares cuyo peso político se diluye hasta convertirse en un retablo de anécdotas e historias humanas que ocultan, como una cortina de humo, la responsabilidad de los que están (presuntamente) al mando...

La cuarta razón (no por mencionarla en último lugar es menos importante) es la acutal ausencia de liderazgos fuertes en Catalunya, que se alcen por encima del panorama de colapso, fatiga y mediocridad que nos atenaza. Es más fácil manifestarse cuando alguna figura acierta a interpretar el momento y a liderar con energía, convicción y credibilidad una respuesta. Sin líderes, toda protesta tiene algo de pataleta hueca, algo de mueca en el vacío.

En este momento, el català emprenyat sabe bastante bien lo que no quiere, pero no está nada seguro sobre lo que realmente desea. Para salir a la calle, ya no es suficiente el "diguem no" de otras épocas, necesitamos una bandera en positivo. Quien acierte a desplegarla conseguirá, tal vez, romper el muro de atonía que hoy nos rodea.

Francesc-Marc Álvaro. La Vanguardia. 12/11/2007

martes, 13 de noviembre de 2007

Biografías selectas 2ª parte. Leonardo Da Vinçon



En el día de hoy nos acercaremos por primera vez a la figura de un gaitero consorte. Nos referimos a Leonardo Da Vinçon, pareja de nuestra compañera más afrancesada, mademoiselle Bowie.

Caballero de treinta y cinco años, más peripuesto que apuesto, si bien quienes lo conocen, coinciden en que sobretodo destaca por estar siempre, si se nos permite la expresión, más bien puesto.

Fiel seguidor desde su más tierna infancia de la máxima, a quien madruga ni dios le ayuda, no sabe lo que es levantarse antes del mediodía.

Hijo de un distinguido ex-empresario del textil catalán, ha intentado durante años dilapidar la fortuna paterna sin conseguirlo. Justo es reconocer no obstante, que no ha sido por su falta de pericia o esfuerzo, -ojo, las cosas como son-, sino debido más bien al ingente volumen del patrimonio familiar.

Su padre, escamado, se puso firme y cerró o vendió, cuando no ambas cosas, todas las empresas que poseía, una por una, a diferentes fondos de inversión locales y extranjeros, anticipándose a la moda actual, obteniendo pingües beneficios, y reivirtiendo parte en la compra de bienes inmuebles. Los despidos y expedientes de regulación parece que también fueron copiosos.

Visto lo visto, nuestro amigo Leonardo optó por reciclarse y convertirse en un descubridor de tendencias. La cosa le ha ido bien y no para quieto un segundo. Ha encontrado tiempo eso sí para retomar sus estudios de filosofía y para sorpresa de todos no sólo ha acabado la carrera sino que incluso está pensando en publicar un libro de poemas filosóficos, en los que no aparece una rima ni por equivocación.

Su padre no da crédito y está madurando seriamente la posibilidad de aumentarle la asignación mensual a cinco mil euros lo que permitiría a Leonardo olvidarse de descubrimientos y tendencias y dedicarse a lo que actualmente, más aún que sus versos, le gusta más.

Nos referimos a la organización de festivales de cine, de todo tipo, condición y duración que han encontrado acomodo en Barcelona en los últimos años.

Su reto de los últimos meses que está deviniendo obsesión, es encontrar un cortometraje en el que los créditos duren menos que el corto propiamente dicho.

Todavía no se ha dado el caso.

Aunque anglófilo, cuando de amar se trata, en deferencia a su pareja y en parte a él mismo, ya que el ardor guerrero de Juanita se eleva al cuadrado, se decanta por el francés, nunca mejor dicho.

Avec la bouche, doucement... bueno no tanto...Eh voilà...

Ay, l'amour... Que jolie. Jolín.

martes, 6 de noviembre de 2007

Ratatoing



Quien más, quien menos, ha sido testigo este verano de la presentación en sociedad de la nueva película Pixar, Ratatouille, -pronuncíese rat·a·too·ee, advertían en los pósters-, una maravilla para los sentidos según críticos y espectadores.

Ha pasado en cambio bastante más desapercibida Ratatoing, de la que, por mucho que hemos investigado, no hemos conseguido encontrar ninguna valoración, ni de crítica ni de público. Estrenar directamente en DVD es lo que tiene. Si a eso añadimos que en vez de los puntos de venta habituales, sólo podía encontrarse en las estanterías de las tiendas de algunas gasolineras, la repercusión mediática es cuando menos limitada. Nada más injusto.

Lamentablemente no hemos podido ver la última obra pixariana, si bien el tráiler anticipaba una película excelente. De todas formas por todos es sabido que hay auténticos profesionales, verdaderos artistas de esta técnica promocional que mencionábamos que serían capaces de que nos entraran ganas de ver lo último de, pongamos por caso, Isabel Coixet y creer, hasta los primeros 30 segundos de metraje, que íbamos a ser testigos de una obra maestra.

Para los no iniciados, Ratatoing es una ciudad donde, según consta en la carátula del DVD, el chef más virtuoso es... ¡una rata!

Todo el mundo quiere descubrir los secretos de las deliciosas recetas de Marcell Toing. Cada martes por la noche, el tal Marcell, su encantadora ayudante Carol, con la que nos da en la nariz, tendrá algún affaire, probablemente amoroso, y su amigo Greg (el peor camarero de la ciudad) tienen una gran misión...

Las tres ratas buscan los ingredientes más extraños y exquisitos que sólo pueden ser encontrados en los restaurantes para humanos... donde tienen que afrontar terribles peligros, desde trampas para ratas... ¡hasta los ataques de los gatos!

La historia se llena de acción y aventura cuando un grupo de ratas celosas decide acabar con el éxito de Ratatoing...

¡Descubre, nos dicen, esta gran aventura para toda la familia!

Lo primero que llama la atención del texto, más allá de un uso, pelín abusivo, de los puntos suspensivos, es que no hay ni una falta de ortografía, lo cual es de agradecer.

Los resabiados de siempre, no contentos con esto, habrán notado también un guión y unos personajes que recuerdan, coinciden dirán ellos, con los de la película norteamericana.

¿Y qué si es asi? A esos marisabidillos les recordaríamos, como dijo Goddard, referente de cabecera de alguno de ellos, que en Europa, no lo llamamos copia, lo llamamos homenaje. Aunque, aún a riesgo de tirarnos piedras sobre nuestro tejado, la película es brasileña y sus autores no tienen pinta de tener al cahierista entre sus directores preferidos.

Pero el quid, -¡que ganas teníamos de decir quid!-, no es ése.

¿Acaso sólo las personas originales y con talento son las únicas que tienen derecho a mostrarnos sus ideas?

¿Qué pasa con el resto, con los mediocres, con los imitadores, con los que siempre quedan segundos, mayoritarios por otro lado?

¿Es qué su esfuerzo no merece también la pena?

¿Por qué han de soportar la indiferencia del resto y notar como se les mira siempre, con displicencia, por encima del hombro, simplemente porque se muestran incapaces y/o no dan más de sí?

Lo cierto es que los habitantes de Barcelona y alrededores deberíamos entenderlos mejor que nadie. Con tiempo y dedicación, a base de apagones y caos de movilidad varios nos hemos convertido en uno de ellos. No ha sido fácil llegar hasta aquí pero es donde estamos. Deberíamos ser más condescendientes entre nosotros y reconocernos como iguales. Es el primer paso para intentar salir del pozo. Ser conscientes de nuestra situación, dejarnos de nostalgias por tiempos ya pasados, mirar adelante y admitir que Ratatoing y no Ratatouille, se pronuncie como se pronuncie, es nuestra película.

Si añadimos que el escalofriante precio de la nueva perla del cine de animación brasileño es ni más ni menos que 11.95 euros, iva incluido eso sí, el paralelismo es de campeonato. Casi produce escalofríos.

Pero no debemos caer en el desánimo. Una vez más no hay mal que por bien no venga. Aprovechemos la coyuntura, otra palabra que nos hacía ilusión utilizar, -aunque no tanta como quid-, para renovar nuestro lenguaje.

Nuevos tiempos, nuevas expresiones.

Cuando todo falle y por ejemplo nos quedemos atrapados en la autopista, exclamemos jubilosos, a mi pling, que soy de Ratatoing.

Que en un restaurante nos cobran 40 euros por un carpaccio y una ensalada con rúcula, o nos llega puntualmente el recibo de la luz y no la indeminización por el apagón del pasado julio que según Endesa hemos cobrado ya todos los afectados, ríamonos a mandíbula batiente de nosotros mismos, aunque sea de manera nerviosa y exclamemos sin pudor, mientras soltamos la mosca, ra ta ta ta ta toing, esto es un atraco.

Ratatoing, la ciudad de los apagones, donde el que tiene un generador, por pequeño que sea, es el rey.


(Y para quien no tenga suficiente con la historia de los amables ratones cariocas, pues tenéis también a vuestra disposición Os carrinhos, con el sugerente subtítulo de A grande corrida. Película coral, dicen las crónicas, que vale, recuerda un poquito a Cars, otra obra de Pixar, pero que a diferencia de ésta, trata de los avatares que se producen durante las retenciones en las autopistas que dan acceso a una gran ciudad, un domingo por la tarde cualquiera.)




No apta para todos los públicos. Ni estómagos.

martes, 30 de octubre de 2007

Con orden y concierto



Contraviniendo nuestro de lema de cabecera, estamos siendo menos breves de lo previsto. A lo tonto, llevamos casi un año en danza y estamos a punto de llegar a los cincuenta artículos.

Cuando iniciamos este blog, que como diría Lauren Postigo, es el vuestro, no teníamos previsto llegar tan lejos. Mejor dicho, no teníamos ninguna previsión al respecto. Lo que si creíamos, aunque de manera inconsciente, teniendo en cuenta nuestro bagaje, es que todo un año y una cincuententa de entradas, más o menos diversas, más o menos originales, más o menos conseguidas, se antojaba como todo un reto.

Si por algo nos hemos caracterizado los gaiteros, si algo nos define, aún más que todos los errores que hemos cometido, es que hemos empezado bastantes más cosas de las que finalmente hemos acabado. Quien sabe, quizá estemos cambiando y es probable, que también en eso nos hayamos equivocado, y llegados a una edad, cambiar todavía es posible.

Llegados pues a este punto, hemos creído interesante,-más que una reflexión serena sobre lo realizado, lo que sin duda hubiera sido recomendable-, agrupar de manera explícita lo ya escrito, y lo que vendrá, en diferente secciones para facilitar una
(re)visión de todo lo que os ofrecemos.

Facilidades que esperemos sean de vuestro agrado, aunque lo más inteligente por vuestra parte sería, por muchas comodidades que os brindemos, que dedicaséis vuestro tiempo a algún otro blog más dilecto o mejor aún, a algún libro, como se hacía en la antigüedad, contribuyendo eso sí, a la inevitable deforestación del planeta.

Y es que no hay mal que por bien no venga.

jueves, 25 de octubre de 2007

Louie Louie




Una de las bondades que te brinda la paternidad es la de (re)descubrir películas de dibujos animados, a las cuales los gaiteros no habíamos sido nunca muy aficionados.

Compartir esos momentos con tus hijos, cantando y bailando, repitiendo una y otra vez sus escenas preferidas no es comparable a nada y hace que el día haya valido realmente la pena. Calmante y estimulante a la vez, no hay mejor narcótico. Ajeno a todo lo que te preocupa, tu hijo, tú y una melodía, convertidos en uno, armoniosa y alocadamente.

La última de estas joyas disfrutada al alimón ha sido El libro de la selva. Aprovechando el cuarenta aniversario de su estreno, Disney la ha editado en DVD, como no, por tiempo muy limitado.

Por si la fusión paterno-filial no fuera suficiente, sentadito en tu sofá, o dando botes por el salón, puedes disfrutar de Louis Prima, en una de sus interpretaciones más alocadas, en el papel del orangután Louie.

Prima de primate. ¿Hay quien de más?

Pues sí. Además de un final a lo Casablanca, con Bogart y Claude Rains, convertidos en el oso Baloo y la pantera Bagheera, iniciando una bella amistad, también aparece George Sanders como el tigre Shere Khan, villano de la función, taimado y sedoso.

Un George Sanders que si hubiera esperado hasta estos días para suicidarse en Castelldefels no hubiera podido ya que todavía, gentileza de nuestro transporte (no sólo) ferroviario no habría llegado. No hay mal que por bien no venga. Pero esa es otra historia y en este caso llega, como los trenes, con más de treinta años de retraso.

Suban pues el volumen de su ordenador y disfruten como solían, y sólo se puede hacer cuando eres pequeño.

-Vinga papa, aixeca...

-Voy...

Busca lo más vital no más,

lo que has de precisar no más,

nunca del trabajo hay que abusar

na na ni no ni no ni no ni no naaaaa






jueves, 11 de octubre de 2007

Humor amarillo nuclear



La cadena de televisión Cuatro, desde hace algún tiempo, en un alarde de originalidad y para regocijo de sus seguidores, viene reponiendo el programa Humor amarillo. Para los no iniciados, se trata de aquella joya de la televisión japonesa que en su momento emitió Tele5, tu cadena amiga, y en el que voluntariamente los japoneses y las japonesas, que diría Ibarretxe-san, se daban unos galletos de tomo y lomo contra todo lo que se meneaba y que contaba entre sus presentadores con el hiératico Takeshi Kitano, entonces futuro director de culto y máximo representante de la escuela nipona del método de Yokohama, que basa todo su programa actoral en por qué-mover-una-pestaña-dos-veces-si-con-una-me-basto-y-me-sobro y de la cual los gaiteros somos fervientes defensores.

Como no podía ser de otra forma, tratándose de una televisión de postín como la que nos ocupa, los amigos de Cuatro han renovado el programa modificando las voces y los comentarios que acompañan cada talegazo.

Aún reconociendo su mérito, no es suficiente. Cuando el depósito de las nuevas ideas está ya en reserva, es comprensible recordar a Karina y ponerse a buscar en el baúl de los recuerdos.
Pero que sea comprensible no implica que sea del todo justificable. Ponerle un envoltorio nuevo, o apenas un lazo, no es de recibo. Se te ha secado la mollera, de acuerdo. Estás pasando un mal momento o no tienes tiempo, no te preocupes. Quien esté libre de pecado que tire la primera gaita. Te tomas tu tiempo, pides ayuda, recapacitas, das un paso atrás y te parapetas en tu fortín a la espera de épocas más lúcidas.

Sorprendentemente, o no tanto, quien sí ha hecho lo que debía y ha dado una vuelta de tuerca a un programa con un futuro yermo, reside en un país, a priori, poco dado a tales alegrías. Nos referimos a Irán y más concretamente a su ministro de cultura, el revolucionario Mohamed Hosein Saffar-Harandi.

Este nuevo mago del humor, medalla de plata en el campeonato de clubes de comedia de su país, bueno sólo hay un club pero es muy espacioso, nos deleitó hace pocas fechas con algunos de sus monólogos, -sí, hijo sí, en Irán también-, famosos en su tierra pero desgraciadamente desconocidos por estos lares.

Recordaremos solamente el que dedicó a la música, si bien es cierto que tiene otros sobre la censura, el holocausto, el velo y las buenas maneras que son realmente tronchantes.

En una entrevista promocional de su por fin recién editado DVD con sus mejores gags, una periodista algo quisquillosa y no muy ducha en el humor iraní, le preguntó con retintín:

-¿Le gusta la música? Dicen que está en contra del rock y del rap.

-Sí, me gusta. Aunque debe cumplir algunas condiciones, entre ellas, que no haga que las personas se salgan de sí y pierdan la compostura. He oído que que algunos estilos, no el propio rap sino el heavy metal y algún otro, con el uso de alucinógenos llegan a provocar que mientras se conduce a toda velocidad (los jóvenes) abran las ventanas y las puertas y salten por ellas. Me opongo a ese tipo de música.

Y nosotros. Eso no es música ni es nada. Si bien es cierto que no sabemos de ningún caso como los que nos presenta Mohamed, excepto algunos que se han producido en los trenes de cercanías en la provincia de Barcelona, nos atrevemos a aventurar que más que a ese peligroso cóctel de heavy metal y alucinógenos mencionado, el que la gente joven salte por la ventana se puede deber en mayor medida a una partida de muelles defectuosos instalados en los asientos de los vehículos.

De todas maneras, nuestro preferido, al igual que para sus conciudadanos, por algo quedó primero en el concurso de nuevos humoristas y de allí, catapultado al cargo de presidente de la República Islámica de Irán, es el nuevo tótem de lo cómico, el gran Mahmud Ahmadineyad.

Su humor, y de ahí lo novedoso y probablemente el secreto de su éxito, es que va más allá. Su show, de gira también, integra diferentes artes escénicas. Este cómico superdotado, mitad mago, mitad trilero, está haciendo furor por medio mundo con su espectáculo abracadabrante.

Saben aquel que va un hombre por Teherán y ve un homosexual y se gira y alehop, ya no lo ve. ¿Cómo estaba la plaza? Abarrotá, y aún así, ningún homosexual por aquí, ningún homosexual por allí.

Sin ayudante ni nada y por cuatro duros el tío te monta una función que ríete tú, -y te aseguro que te ríes-, de las del Cirque du soleil y José Luis Moreno.

¿Kiarostami?, ¿Marjane Satrapi? Quita, quita. ¿Escenas de un matrimonio?, ¿Pilar Rahola? Frío, frío.

Lo que se lleva es el nuevo dúo Sacapuntas y su programa Humor amarillo nuclear. Cada jueves en su mezquita favorita. Humor de destrucción masiva.

viernes, 5 de octubre de 2007

El bello Sergio



Ha vuelto a pasar. Nuestra gaitera más afrancesada, Juanita Bowie, bella por fuera, no tanto por dentro, si exceptuamos su ropa interior, nos ha pillado de nuevo con la guardia baja y se ha salido una vez más con la suya.

En esta ocasión nos ha colado para su uso y disfrute un par de temas de uno de sus cantantes de cabecera, Serge Gainsbourg, con la seguridad de que vosotros también sabréis disfrutarlo.

Con todos vosotros pues, Sergio el bello. No hay más que oírle.










Y de regalo, en estos días traicioneros, donde los virus campan a sus anchas, aprovechando la inestabilidad de las temperaturas, el blues del constipado, mano a mano con el gran, y más peligroso que todos los virus juntos, Screamin' Jay Hawkins.
¡Salut!



viernes, 28 de septiembre de 2007

Biografías selectas 2ª parte. El Malo Raulito



"Anoche tuve un sueño. Soñé que era mosso."

Así fue como el Malo Raulito, algo corto, seamos francos, y bastante perezoso, también conocido como Raulito el Malo, influencia onírica mediante, se convirtió en el ex-Malo Raulito, también conocido como Raulito el ex-Malo.

Hablamos de Raúl Paez, el hermano pequeño de nuestra gaitera, la gorda de Minnesota. Raulito, el benjamín, el niño mimado de toda la familia, en quien habían depositado todos sus cariños y esperanzas, y que como suele ser habitual en estos casos cuando dejó de ser pequeño, no acabó de responder a las expectativas.

Perenne repetidor de curso, es de los pocos ejemplos de estudiantes que habiendo empezado la EGB y la ESO no ha acabado ninguna de ellas, lo cual también tiene su mérito. Conocedor de buen número de escuelas de Barcelona y alrededores, hay que reconocerle una imparcialidad absoluta en cuanto al tipo de colegio sufridor de sus andanzas y malos modos.

Su aprovechamiento del curso escolar y del plan de estudios estipulado fue exactamente el mismo, independientemente de si estaba matriculado en una escuela pública, privada, concertada, a media pensión o comiendo en casa.

Eso sí, el día que cumplió dieciocho años aprobó a la primera el examen práctico del carnet de conducir. Con tanta gracia y soltura que el mismo examinador, antes de que Raúl se hubiese quitado el cinturón, le propuso trabajar como funcionario desde aquel día valorando, con la empatía propia del gremio, quien aprobaba y quien no.

Como no podía ser de de otra forma y con la misma gracia y soltura con la que se había conducido, nunca mejor dicho, durante el examen, y sin olvidarse de accionar el freno de mano, Raulito, desdeñoso, hizo mutis por el foro. Tenía otros planes.

Y los planes consistían en pasarse la máquina por la cabeza y dejársela al uno tal y como venía haciendo desde hacía ya tres años, cuando con unos amiguetes decidió convertirse en un pelao y actuar en consecuencia, con la camaradería propia del gremio, asustando al personal, trapicheando por aquí, amenazando por allá, agrediendo por acullá, todo con mucho esmero, -de hecho también era conocido en el submundillo como el anestesista-, tal y como mandan los preceptos a seguir por cualquier skin que se precie.

Y así andaba hasta la noche de autos y sueños mencionada. A la mañana siguiente y después de informarse de manera profusa del proceso a seguir, se presentó a las oposiciones a mosso d'esquadra y superó sin dificultades las pruebas físicas.

Las psico-técnicas fueron otro cantar. Lo hizo, sí, pero por los pelos.

Debido a ello no consiguió su sueño. Nadie las había pasado, -recordemos que estamos hablando de las primeras promociones que salieron del cuerpo-, y este hecho, por novedoso descolocó a los altos mandos.

Así que, algo decepcionado, pero todavía presa de su arrebatado sueño, y como un Julio Cesar redivivo, volvió, vio y esta vez venció, tras suspender sin mucho esfuerzo, en la nueva convocatoria.

Los sueños a veces se cumplen y Raúl había conseguido el suyo. Ya era mosso d'esquadra.

1900 euros al mes, 14 pagas, de uniforme como venía haciendo desde su adolescencia, con el pelo cortito, cortito, como a él siempre le ha gustado y sin tener que quitarse en toda la jornada laboral sus gafas de sol , su complemento preferido, a la espera de los que el cuerpo le procurase, inherentes a sus funciones.

Eso sí, su dicha no es completa. A pesar de los años que hace que aprobó las pruebas todavía no tiene destino asignado.

El día de la graduación y como es tradición en una celebración tan señalada, los nuevos oficiales, dando rienda suelta a su lógico gozo lanzan las gorras al aire.

El batiburrillo de gorras de todos los tamaños es tal, que muchos de esos esforzados muchachos tardan años en encontrar la suya. El mejunje es de tal calibre que el tan solicitado y necesario despliegue total de nuestra policía autonómica todavía no ha finalizado, principalmente, por esta razón.

Los mandos han prohibido el lanzamiento indiscriminado de gorras o cuando menos exigen hacerlo atadas a un cordel para poder recuperarlas una vez el frenesí se haya disipado pero la alegría de los recién titulados provoca que de momento no hayan tenido mucho éxito.

Se probó hacerlo poniendo etiquetas con los nombres del personal, -un hombre, una gorra- era el lema, pero el ímpetu en el lanzamiento provocaba que la mayoría de etiquetas no soportasen el trance.

Mientras tanto y a la espera de ese destino tan ansiado, Raúl, incompleto, pasa el rato, caminando alicaído y cabizbajo por Barcelona, de uniforme sí, pero sin gorra, indicando a todo aquel que le pregunta, donde se encuentra tal calle o tal otra, por qué usted me ha puesto esta multa o esta otra.




El ex-malo Raulito, con vocación de servicio público. Nunca es tarde si el sueño es bueno.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Silencio, se rueda




Hace unos años llegó a nuestras pantallas y a unas cuantas más, una película titulada La tormenta perfecta. Trataba sobre unos pescadores de la costa este norteamericana que se enfrentaban a la tormenta del título. Y perdían, de ahí lo de perfecta. No quedaba ni uno, a pesar de que el capitán del barco estaba interpretado por el habitualmente invencible George Clooney.

Pues bien, años más tarde los gaiteros estamos en condiciones de ofreceros lo que sin duda es la entrevista perfecta. O por lo menos la que nos gustaría que se nos hubiera ocurrido a nosotros, preguntas, y sobretodo, respuestas incluidas. Y no, no es una realizada por Oriana Fallacci o por el loco de la colina. Ni tan siquiera una de otro loco, el de las americanas de colores que en época preelectoral nos ameniza o aterroriza, según el estado de ánimo y el partido político del entrevistado, el desayuno desde La vanguardia.

Se trata de una entrevista publicada en la revista Temps de viure, la revista de la gent gran en su número del pasado junio y las entrevistadas son las 13 componentes del Grup de teatre del casal de gent gran de la Barceloneta, un grupo de teatro que a pesar de su nombre, hace cine.

Empieza con una pregunta de las entrevistadas, concretamente de la directora del grupo, Mari Carmen Rivera, subvirtiendo,ya de entrada, las reglas del género.
Ahí va:

-La entrevista, ¿a quién se la haces, a las actrices o a sus personajes?

-A las actrices si os parece bien, responde impertérrita y muy profesional la entrevistadora.
-Es que nosotras, antes de entrar en el casal, tenemos una norma. Como todas tenemos problemas y preocupaciones, antes de entrar en la sala, siempre colgamos los problemas en un colgador imaginario que hay en la puerta. De esta manera cuando estamos aquí somos los personajes de la película y nos olvidamos de lo demás.

-Es una idea muy buena, ¿funciona?, inquiere algo quisquillosa.
-Este grupo ha sido una terapia buenísima para muchas de nosotras. Sobretodo lo que hacemos es pasarlo bien, reímos mucho. Cuando entramos nos olvidamos de los problemas, de las enfermedades, de las depresiones.

-¿Cómo surgió este grupo de teatro?
Comenzamos en una coral, pero la dejamos porque las voces ya no eran lo mismo y quisimos dejarlo en el mejor momento. Cuando lo dejamos, la directora nos propuso montar un grupo de teatro, aprovechando que nos llevábamos tan bien y todo comenzó así.

-¿Por qué os decidisteis por esto y no por otra cosa?
-¡¡Pero si también hacemos otras cosas!! Algunas hacen manualidades, otras gimnasia, memoria... Algunas hacemos varias cosas y otras sólo teatro.

-¿No os daba miedo no saber actuar?
-No, a nosotras los que nos asustaba era hacerlo delante del público. Nos daba miedo olvidarnos del texto delante de todo el mundo y que se riesen. Por eso salió la idea de grabarnos en cine. Como la Mari Carmen tiene una tienda de fotografía y le gustan estas cosas... Y ahora aún, porque tenemos más soltura, pero al principio...

-Es decir, que sois un grupo de teatro que no ha hecho nunca una obra...
-Exacto. Nosotras somos el Grup de teatre del casal de la Barceloneta, pero hacemos cine.

-Además del tema de público, ¿qué otras ventajas tiene el cine?
-Podemos repetir las escenas tantas veces como haga falta. Haciendo cine, si te equivocas o te olvidas del guión, puedes volver a repetir tantas veces como sea necesario. Si miras a la cámara y no lo has de hacer, si te pones de espaldas y no se te ve la cara...

-¿Ensayáis muchas horas?
-No. Quedamos dos días a la semana una hora y media cada día. Pero cuando estamos de rodaje, entonces no tenemos horarios y filmamos cuando podemos o cuando nos va bien. Cuando filmamos la primera película, que fue un corto, estuvimos en Castelldefels hasta las 23h!

-Y los guiones, ¿quién los escribe?
-Antes de cada película, la Mari Carmen nos reúne a todas y nos pregunta sobre que tema nos gustaría que fuese la película. Y una vez escogido, cada una decimos que personaje queremos ser. Nosotras mismas escogemos el nombre que tendremos y la historia de nuestro personaje. Así, después es más fácil interpretarlo.

-¿Cuántas películas habéis hecho?
-Pues una por año. Ahora estamos haciendo la cuarta que se llamará El viatge y durará una hora. Antes hemos hecho El patio, que la rodamos en Castelldefels en un dia; Saló de perruqueria y después Hostal Residencia. Y siempre son comedias.

-¿De qué va esta última?
-Es la historia de unas mujeres que se conocen en un crucero al que cada una ha ido por un motivo u otro. A una le ha tocado la lotería, a otra se lo han pagado los hijos, a otra un capellán...

-¿Y el tema de los exteriores y de los decorados cómo lo solucionaréis?
-Estamos intentando que nos dejen ir un día en un crucero en el puerto de Barcelona. Allí nos gustaría rodar las escenas de la piscina, de la cubierta y del bar y el resto ya lo haríamos en el casal.

-¿Contáis con un buen equipo para rodar las películas?
-La verdad es que no. Filmamos con una cámara doméstica y sólo tenemos un foco bastante antiguo que nos dieron y desde hace poco, un micrófono que nos permite solucionar el problema que teníamos con el sonido.

-¿Tenéis algún proyecto, alguna ambición para el grupo?
-Lo que nos gustaría es ques esto mismo que hacemos nosotras lo hiciesen también otros casals, que la gente lo conociese, que no quedase sólo aquí, en nuestro casal. Así podríamos intercambiar experiencias, películas...

-¿Y el tema de la financiación cómo va?
-Hombre, la Tina que es la directora actual del casal se muestra mucho más interesada que los anteriores por este proyecto nuestro, pero igualmente es una cosa que cuesta. Notenemos ninguna ayuda y la Mari Carmen es quien lo costea todo.

-¿Cuándo tenéis previsto acabar la nueva película?
-Está previsto estrenarla en el casal la próxima navidad.


Esto es una entrevista y no la del vampiro. Toda una declaración de intenciones y de amor incendiario al séptimo arte. Con una pasión y lucidez, a prueba de achaques, depresiones y falta de medios que para nosotros y otros muchos quisiéramos.
En todo caso y para que os hagáis una idea de cómo las gastan en la revista, nuestra preferida desde ahora, os transcribimos una receta allí publicada:

Ensalada de ruca y parmesano.

Preparación:

Limpiad la ruca y el tomate y ponerlos directamente en el plato. Aliñar con la vinagreta que más os guste y acabarla con el parmesano laminado.

Lo bueno si breve, dos veces bueno, o tres si se trata de una receta.
¿Moraleja de la historia, más allá de la inherente a todo relato, -urbanización de las afueras de Madrid, habitada por gente popular, querida por todos?

Como sabéis los gaiteros no somos muy dados a tales menesteres pero por una vez y como homenaje a algunos de vosotros, fieles seguidores de Esopo y Samaniego, y a esas trece señoras del grupo de teatro que lo que hacen es cine, podríamos extraer sin mucho esfuerzo, ya que la entrevista no tiene desperdicio, varias decenas que al igual que los mandamiento resumiremos en una, la gent gran no está para tonterías.

Y los gaiteros tampoco. A veces. Las menos.

domingo, 16 de septiembre de 2007

El chiste más gracioso del mundo






Desde hace algunos días la escena barcelonesa, elogiada incluso por alguien poco dado a los elogios, excepto para consigo, como Jose Mourinho, probablemente el desempleado más rico del mundo y con toda probabilidad el mejor entrenador de fútbol y varios deportes más que existe, nos ofrece la posibilidad, entre otras muchas, de disfrutar de un nuevo espectáculo. Los mejores sketches de los Monty Python.


Los gaiteros nos hemos reconocido varias veces inasequibles a los encantos teatrales. El reservar los besos en los labios a nuestras parejas respectivas no sólo nos define. También nos excluye de la famosa y entrañable confraternidad actoral. Por suerte para nuestro país, somos minoría. Teniendo en cuenta que uno de cada cuatro de nosotros es o se dice actor, el número de parados aumentaría un 25 %. El resto, como todos sabéis, es teleoperador, mosso o guardia urbano, se dedica a la construcción o tiene alguna profesión relacionada con el turismo.


No sabemos si la obra en cuestión merece o no la pena. La cara de los actores en el poster publicitario hace pensar más bien lo contrario, aunque podría ser que debido a nuestros atávicos prejuicios nos perdamos una velada memorable.


Lo que si sabemos es que actos como éste, o como un musical que actualmente se puede ver en Londres también basado en el iconoclasta grupo británico, demuestran por si alguien lo dudaba, su vigencia e influencia.


No hay cómico o grupo de cómicos de nuestro bello páramo, que no se declare deudor suyo aunque no haya nada en las actuaciones de la mayoría de ellos que les recuerde ni de la manera más somera. Pero es ya tradición que cualquier mercachifle reivindique su legado junto a la de otro cómico nombrado en vano, entrevista tras entrevista, dominical tras dominical, el gran Groucho, del que este verano se cumplieron 30 años de su fallecimiento. Se dice que humoristas tan destacados como Teatre de guerrilla o Imma Mayol o la mismísima Pilar Rahola, los tiene como referencias y cómicos de cabecera.


En todo caso, pasen y vean. Con ustedes, el chiste más gracioso del mundo.

Cuidado, no sólo el tabaco mata. Están avisados.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Stax es max




"Nosotros no lo llamamos acid jazz.

Nosotros lo llamamos Isaac Hayes."

Miguel Angel Julián, cantante de los Cool Jerks.
13/5/95. Sala Savanah. El Clot. Barcelona.








miércoles, 22 de agosto de 2007

Biografías selectas 2ª parte. Mikel Berberentxun



Como algunos de vosotros recordaréis, uno de los motivos fundacionales de este blog, a la espera de unas próximas elecciones municipales, las que a priori mejor parecían servir a nuestro propósito, era el de mejorar nuestra deficiente situación económica, por no decir forrarnos.

En vista de que la cosa está un poco sosa en ese sentido, parada incluso, a pesar de nuestros esfuerzos y de diferentes promociones exclusivas que hemos puesto a vuestra disposición, hemos decidido poner al mal tiempo, buena cara, dentro de nuestras evidentes limitaciones fisonómicas y coger el toro por los cuernos.

Quizá influido por nuestro último artículo, dedicado in memoriam a la figura legendaria del perenne rey del rock, se ha dirigido a nosotros un curioso personaje, con una no menos curiosa proposición.

Su nombre, Mikel Berberentxun. Su propuesta, promocionar sus canciones. Mientras acabamos de discutir tan peregrina idea y ver como hacemos para converger sus intereses con los nuestros, he aquí su historia o por lo menos la que nos ha contado.

Con vosotros la futura estrella, Mikel Berberentxun, el primer cantautor de derechas, perdón, de centro-derecha.

Al igual que el de la popular canción de Dusty Springfield, es hijo de un predicador. Pero no de uno que ejerciera su valiosísima función en África rodeado de monjitas y bellos parajes, como probablemente habéis pensado sino de uno que lo hacía en el no menos idílico entorno del País Vasco. Uno que en la misma percha donde colgó definitivamente los hábitos, dejó también para siempre la caja de preservativos. Y cuando digo siempre, quiero decir hasta que se cayó al suelo y la que se había convertido en su mujer, cuando la vio, tiró a la basura.

Mikel, el pequeño de doce hermanos, fue el décimo segundo que salió rana, que también es mala suerte. El padre, toda una autoridad en batracios como habréis adivinado, dejó la parroquia por una casa consistorial en un pueblo de Vizcaya del que ha sido alcalde las últimas treinta y dos legislaturas, siempre en representación del PNV, y que ha visto, no sin una pizca de orgullo, como todos sus hijos le han salido algo abertzales oye, siendo el más radical de todos nuestro nuevo amigo.

Su pasatiempo favorito, más aún que cambiar de sitio como si de un rompecabezas se tratara las diferentes partes de un cajero automático con artilugios pirotécnicos caseros, consistía, -en las campañas electorales-, en ir quitando uno a uno los carteles que presentaban a su padre como cabeza de lista que éste iba pegando, y poniendo en su lugar los del partido comunista de las tierras vascas, el partido anteriormente conocido como Euskal Herritarrok, anteriormente conocido como Herri Batasuna, anteriormente conocido como el centro de catequesis de Jesús, María y Andoni en Oiartzun, Guipúzcoa.

Debido a esto, se dice que su pueblo es el que dispone de más imprentas por habitante en toda la unión europea. Y aún así, durante las elecciones no daban abasto.

Con cara no ya de romper un plato, sino que como te descuides te lo rompe en la cabeza, y si no te descuidas también, como kaleborrokero no tenía igual y se convirtió en el preferido de niños y mayores, encontrando siempre alguien que le pagase las consumiciones en las herriko tabernas, normalmente algún impresor que le debía su fortuna debido a su pericia e insistencia.

La vida pues le iba bien, se dedicaba a lo que le gustaba, estaba bien considerado en su profesión, tenía muchos amigos y gente que le admiraba hasta que un día todo cambió.

En una de sus actuaciones, confiado, se pasó con la carga explosiva que debía convertir un contenedor de basura orgánica directamente en basura. Con la mala suerte de que algún desaprensivo saltándose la normativa municipal había depositado varias botellas de pacharán en el contenedor inapropiado. Hay quien dice que era Mikel quien llevaba las botellas pero nunca se ha sabido a ciencia cierta. El zambombazo fue tal que lo dejó con la cocorota llena de cristales e inconsciente durante varios días hasta el punto que se llegó a temer por su vida. Los médicos no eran optimistas pero su fortaleza hizo añicos las previsiones más pesimistas.

No hubo manera eso sí, de quitarle de la cabeza un coágulo de sangre del tamaño de una pelota de ping-pong. Los médicos advirtieron a sus padres que era el más grande que habían visto y que debido a su tamaño Mikel podía comportarse no ya de manera extraña, sino de forma muy diferente a la habitual. Y no tardó en hacerlo. Nada más despertarse de su letargo pidió una guitarra, en vez del bate de béisbol, que sus padres, previsores, se habían procurado.

Sin ayuda, salió del hospital y después de tirar toda su ropa y desmantelar su laboratorio casero, se dirigió al Corte Inglés, se compró unos dockers beige, unos náuticos y un polo que se puso por dentro de los pantalones. De esta nueva guisa, se dirigió a la sede del partido popular más cercana y se afilió al partido.

Había nacido el nuevo Mikel.

Con unos conocimientos musicales más bien limitados pero guitarra en ristre y con la ayuda del fabuloso curso aprenda a tocar su guitarra o la de otros con tres lecciones de CCC en una tarde había compuesto tres canciones, una por cada lección o por cada ce, no está del todo claro.

El blues del despido libre, la primera de todas y a la que tiene más cariño, Del caserío me río, la que más ha dolido a su progenitor, y la más nostálgica, Los doce del prostíbulo, que rememora las correrías nocturnas, y algunas diurnas, con sus hermanos y que tampoco les ha hecho mucha gracia. Ni a ellos ni a sus mujeres y/o novias, según el hermano.

Aquel frenesí musical hacía pensar que en una semana habría compuesto más temas que Armando Manzanero y Augusto Algueró juntos pero la inspiración se evaporó. Por lo menos hasta ahora.

Mientras tanto se gana la vida, es un decir, ya que no acaba de tener el éxito que se merece, como sexador de pollos. Ha inventado un nuevo método que puede provocar un antes y un después en el mundillo pollero. Se trata de coger una pelota vasca de pelota vasca, apuntar bien y dar un pelotazo a los pollitos entre las piernas. El que no se dobla para delante de dolor y no emite un gritito agudo es hembra.

Es un método revolucionario sin duda, pero que al estar en fase experimental todavía no acaba de convencer a los propietarios de los pollitos, gente algo chapada a la antigua. A los pollitos tampoco parece hacerles mucha gracia.

De todas maneras es un trabajo provisional ya que el sueño de Mikel es dedicarse a la música y hacerlo desde una óptica diferente a la que estamos acostumbrados, por lo menos en lo que a cantautores se refiere.

Recordad este nombre, Mikel Berberentxun, el primer cantautor de derechas, perdón de centro-derecha.

En otoño tiene pensado comprarse unos mocasines con borlas.




jueves, 16 de agosto de 2007

¡¡¡Sshhhh!!!



Silencio. Habla el rey.





Elvis Aaron Presley


Tupelo, Mississippi. (8/1/1935)


Graceland. Memphis. Tennessee. (16/8/1977)








El Rey no ha muerto. Larga vida al Rey.

martes, 14 de agosto de 2007

Sono io, Adriano Galliani




Es raro encontrar a alguien que reconozca abierta y francamente, sin estridencias, que se ha equivocado.

No es tarea fácil. A todos nos cuesta, aunque no debería ser así, porque si algo nos ha demostrado la historia, además de que es posible matar a cualquiera, como nos susurraba Michael Corleone, es que nos equivocamos. Una y otra vez.

Los gaiteros somos expertos en eso. Nuestra trayectoria vital es un cúmulo de decisiones erróneas y si pudiéramos volver atrás y tomar otras diferentes, sin duda volveríamos a equivocarnos. Por eso es imprescindible para remediar los daños, aprender de nuestros errores y, si es posible, de los aciertos de los demás. A pesar de creer que a los dos años, tirando largo, el carácter ya está forjado y a partir de entonces apenas cambiamos, es necesario seguir intentándolo y tomar a alguien a quien respetemos y admiremos como referencia y en la medida de lo posible, imitar descaradamente sus actitudes.


Si a esa persona preclara le ha ido bien, quién sabe, quizá nos sirva también a nosotros. Es evidente que este método no es garantía de éxito y puede ser catalogado como atrevido, por no decir idiota, pero vistos los resultados de otros mejor valorados, no parece que lo sea más que algunos que seguimos a pies juntillas como el archiutilizado, -hacer lo primero que nos pase por la cabeza-, sin valorar sus consecuencias y sin tiempo de encomendarnos a dios ni al diablo.


Los gaiteros, como defensores del revolucionario método que proponemos y atentos testigos de todo lo que nos rodea y de lo que nos gustaría rodear, hace tiempo que disponemos de diversas figuras en diferentes campos a las imitamos sin disimulo, por diversos motivos, con una falta total de éxito.


El último en sumarse a nuestra lista ha sido Adriano Galliani, figura singular que no necesita presentación pero que aún así nos disponemos a presentar.


Se trata del exitoso administrador delegado del Milan, vigente campeón de la copa de Europa y único caso en la historia del futbol moderno, del antiguo no podemos asegurarlo, que con los mismos jugadores, con una media de 87 años, ha sido también campeón del torneo de veteranos.


Justo es reconocer, ya que no es oro todo lo que reluce, que nuestro nuevo gurú es también el mayor causante de accidentes caseros en su país, simplemente llamando por teléfono y presentándose con su voz ligeramente atiplada y con marcado acento italiano, algo no muy extraño si tenemos en cuenta que nació en Monza. El canguelo que produce en sus interlocutores con sólo estas cuatro palabras,-sono io, Adriano Galiani-, es temido en toda Italia, de los Apeninos a los Alpes, hasta el punto que nosotros, cuyas opciones de que recibamos una de sus letales llamadas son más remotas que la posibilidad de que el Madrid gane este año la Liga o que alguien en este país, aunque sea el presidente de una comunidad de vecinos, conjugue en primera persona el verbo dimitir, hemos decidido restringirnos las llamadas antipasti, perdón, entrantes.


Más allá de sus éxitos deportivos, los cuales no sirven demasiado a nuestro propósito, lo que nos ha decidido a englobarlo dentro de nuestra lista de personalidades a imitar es una de sus últimas declaraciones, en tanto que máximo responsable del equipo italiano y que extrañamente ha pasado un tanto desapercibida:


-"Este verano ficharemos a uno de estos cinco jugadores: Ronaldinho, Eto'o, Drogba, Shevchenko o al Pato".


Equiliquá. Para los menos entendidos en cuestiones futbolísticas digamos que los cuatro primeros de la lista son probablemente cuatro de los seis o siete mejores y más apetecibles futbolistas del mundo y que el Pato, bueno, no tanto. Es, si se nos permite la comparación, más odiosa que nunca, como si dijéramos y he aquí su valor, que esta noche nos ha invitado a cenar una de estas personas: Scarlett Johansson, Penélope Cruz, Charlize Theron, Julia Roberts o Inma Mayol. Aunque no hayamos nunca hablado con ninguna de las cuatro primeras a pesar de que algunas de ellas, se comenta que están rodando una película en Barcelona.


Más aún, en la misma conversación podríamos también decir, sin que nos crezca la nariz, que iremos a cita tan señalada en unos de estos vehículos: en helicóptero, en un yate que ríete tú del de Flavio Briatore, otro de nuestra lista, en un deportivo descapotable a lo James Bond, cuando era James Bond, en una moto con sidecar o en un tren de cercanías de Renfe. Aunque en una mano tengas ya el billete de tren y en la otra el mail que te envío la ilustre concejal del ayuntamiento de Barcelona confirmándote tu invitación para la emocionante velada que te espera. Si llegas a tiempo claro. Y no estarás faltando a la verdad, una de las virtudes, la de decir siempre la verdad, a nuestro entender, más sobrevaloradas que existen.


A pesar no obstante, de los múltiples y variados usos que se nos ofrecen con tamaña estratagema y para contentar a los seguidores de Esopo y Samaniego, sin olvidar a los de Iriarte, por supuesto, por una vez y sin que sirva de precedente, no finalizaremos el artículo de hoy sin describir la moraleja que todo este relato encierra.

Moraleja: Popular y sinuosa urbanización situada en el municipio de Alcobendas, cercano a Madrid, y la favorita de renombrados personajes queridos por todos.


Así pues, a modo de homenaje y agradecimiento por el juego que le podemos sacar a las palabras del Commendatore Adriano, os ofrecemos dos de sus canciones preferidas y que desde ya, en señal de respeto, lo son también nuestras.







miércoles, 8 de agosto de 2007

Dios salve a la Premier



Corren malos tiempo para la lírica. Pero aún son peores, sobretodo en estos días de asueto, para los futboleros, lo cual es mucho más preocupante.

A pesar de la diversión generalizada que los esforzados habitantes de Barcelona y alrededores estamos disfrutando, ahora te veo, ahora no te veo, ahora me cuelo en la autopista, ésta es nueva y muy probablemente no volveremos a gozar con ella, ahora disfruto del bonito paisaje sin moverme durante setenta kilómetros, ahora no va el tren, ahora sigue sin ir y demás actividades que nuestros simpáticos dirigentes nos han preparado para no tener que enfrentarnos con la monotonía del día a día estival, lo cual agradecemos sinceramente, no es suficiente.

Queremos fútbol. Ya está bien de pretemporadas en lugares exóticos pasadas por agua, partidos contra esforzados equipos de chichimonillo que no interesan a nadie o casi, listas de fichajes y más fichajes. Estamos necesitados de partidos oficiales donde no sólo podamos ver a las nuevas adquisiciones en acción de la buena, sino que, sobretodo, necesitamos emoción y puntos en juego.

Como no podía ser de otra forma y como viene ocurriendo desde hace algunas temporadas, Inglaterra viene a socorrernos.

Este sábado empieza la Premier.

Los gaiteros no somos especialmente anglófilos. Más bien lo contrario. No siempre fue así. Cambiamos de opinión tras nuestro primer viaje a la pérfida albión, siguiendo esa extraña tradición que dice que llegado el verano, y no habiendo cumplido los veinte años o habiéndolo hecho hace poco, debes malgastar el dinero de tus esforzados progenitores en ir a alguna localidad costera de las islas británicas y/o Irlanda a aprender el idioma autóctono.

No se ha dado todavía ningún caso de alguien que lo haya conseguido y aún así, la tradición se mantiene y se renueva verano tras verano, año tras año.

Totalmente ignorantes e influenciados pues, por personajes de otras épocas, como el coronel Blimp, creíamos que nos toparíamos con sosias de David Niven y James Mason en todos los pubs y/o en todas las esquinas y lo más sofisticado que encontramos eran versiones de Paul Gascoigne, aún más cerriles que el iconoclasta futbolista y anticipándose a una plaga que nos sobrevino posteriormente, disfrazados todos con las camisetas y chándales de sus equipos de fútbol preferidos.

Fue la segunda decepción más dolorosa de nuestras vidas, sólo superada cuando hace ya cuatro años, aunque el recuerdo es tan vivo, que parece que fue ayer, creímos ver en La Barceloneta a Penélope Cruz para descubrir al acercarnos lo suficiente, que se trataba de Paz Vega.

Más allá de ambas decepciones, de las que, como es lógico, no nos hemos recuperado, el recuerdo más vivo que tenemos de aquellos días es el respeto y preeminencia que la figura del francés Eric Cantona despertaba en los ingleses, ejemplificada en el anuncio de Nike que abre este artículo y que desde entonces se convirtió en uno de nuestros preferidos.

De todas maneras, risas obligan, justo es reconocer que de allí han venido series de televisión que en un ranking imaginario que valorase las carcajadas emitidas por minuto, se encontrarían sin duda a la cabeza.

Sí, ministre y su lógica continuación, Sí, primer ministre, L'escurçó negre, Hotel Fawlty, Els joves, o la madre de todas las series, el circo volador de los Monthy Python. Todas ellas casualmente, o no, vistas en la televisión de Catalunya, lo cual nunca podremos agradecer lo suficiente, si bien es cierto que en una juiciosa aplicación de la primera Ley de la Física enunciada por Newton, un cuerpo de cal y uno de arena, también nos han brindado la oportunidad de disfrutar de brillantísimos ejemplos de humor patrio tales como Teatre de guerrilla, -que arte tienen los tíos-, que gracejo, que salero, pero que, y evidentemente es culpa nuestra, no acabamos de apreciar en toda su magnitud.

Así pues en estos días, agradecimientos aparte, dios salve a la Premier.
Y a los Kinks y al amor moderno.





sábado, 4 de agosto de 2007

Sadomasoquismo




Por una extraña razón que nunca hemos llegado a comprender, cuando de actuar se trata, es mucho más valorada una interpretación dramática que una cómica.

Es curioso que sea así cuando hay muchísimos casos de actores de comedia que, quizá influidos por esa curiosa tradición que mencionábamos, a la que tampoco son ajenos y en busca quizás de un reconocimiento que no han conseguido haciéndonos pasar un buen rato, nos brindan de vez en cuando intrepretaciones de lo más dramáticas con un éxito arrollador y en cambio es mucho más infrecuente ver la situación opuesta.

Ejemplos hay muchos. Uno de los últimos, es el actualmente valoradísimo Bill Murray que desde que se perdió en la traducción parece haber sido descubierto como actor de tomo y lomo cuando hace más de veinte años que nos lo viene demostrando con comedias de mayor o menor enjundia.

A los gaiteros siempre nos ha parecido el hacer reír mucho más difícil que lo contrario y su proceso creativo mucho más misterioso.

Otro actor, también americano y que a pesar de su trayectoria es todavía tratado con displicencia, sobretodo por nuestros lares, es el todoterreno Steve Martin. Actor, presentador, guionista, productor, director, lleva toda una vida mostrándonos su vis cómica en múltiples facetas.

Forjados ambos en el mítico, pero para la mayoría de nosotros casi desconocido, Saturday Night Live de la cadena americana NBC, cantera inagotable de cómicos de todo tipo y condición de las últimas cuatro décadas.

Los gaiteros, como hemos comentado en alguna ocasión no creemos que una imagen vale más que mil palabras, o por lo menos no siempre. La que os presentamos hoy, sí que lo vale. Más aún, la escena en cuestión dice más del sadomasoquismo que todos los papiros que al respecto pudieran haber en la biblioteca de Alejandría y algunas bibliotecas y dominicales más. Y con más gracia.

Con todos vosotros una muestra del impagable y nunca suficientemente valorado talento de los señores Martin y Murray.



Sirva pues este vídeo también como homenaje póstumo a los dos reconocidos directores europeos recientemente fallecidos, maestros taimaturgos de la imagen que hicieron de sus filmografías todo una enciclopedia inacabable del sadomasoquismo que para él hubiera querido el mismísimo marqués de Sade.

Bergman, Ingmar, cuya influencia es tan vasta que abarca desde directores reconocidos por todos, hasta series de televisión españolas de nueva creación como la última de José Luis Moreno sin sus muñecos, a priori y tras una visión superficial, alejadas de lo que el genial cineasta sueco nos ofrecía, pero que desde el título, Escenas de un matrimonio, hasta el humor, conceptual, escandinavo, sutil y a la vez desternillante, propio del maestro recientemente fallecido, no deja lugar a dudas.

Y Antonioni, Michelangelo, éste último, tan influyente como el anterior y también con un descacharrante sentido del humor, director preferido de las tortugas ninja, que como todo el mundo sabe son las tortugas más avezadas en todo lo que tiene relación con las pizzas y el séptimo arte. Por este orden.

Bergman y Antonioni, dos que ya no cabalgan juntos. Descansen en paz.

martes, 24 de julio de 2007

Barcelona paralímpica




Enfrascados en ver, calculadoras en mano, como nos las arreglábamos para llegar a final de mes, un mes más, y lamentando porqué todos los meses no tienen 28 días como febrero, nuestro preferido, lo cual nos facilitaría mucho las cosas, ayer nos sobrevino la madre de todos los apagones.

No le dimos mucha importancia al principio ya que si bien en ciudades como Bagdag o Beirut, según se dice, son algo más habituales, en Barcelona tampoco son algo infrecuente.

Hoy, un día después, aún hay zonas de la ciudad que siguen a oscuras.

Como no podía ser de otra forma, los agoreros de siempre y algunos miles más no han dejado pasar la oportunidad, de manera pacífica eso sí, que se note que somos de Barcelona, de mostrar su disgusto y decepción.

Es en ocasiones como ésta donde sale a relucir lo mejor y lo peor de las personas. Y si bien es cierto que algo así no pasaba desde la guerra civil, en toda situación por dramática que sea, hay momentos que no lo son.

En nuestro caso, por ejemplo, el inicio del apocalipsis nos pilló en el trabajo, para desespero de nuestros superiores y el verlos correr de un lado a otro, resoplando, llamando aquí y allá, como si así fueran a solucionar el problema nos alegró la mañana e hizo que se nos pasara en un santiamén, algo no muy habitual.

El hecho de que algunos de ellos y de nuestros compañeros se quedaran en ropa interior debido a los 47 grados que la parada del aire acondicionado provocó, hizo que nuestra sonrisa se convirtiese en una mueca de dolor a pesar de que instantes después del spriptease colectivo estuvimos casi todo el rato con los ojos cerrados.

Con los ojos cerrados pues, y las espinillas tan amoratadas de los golpes que nos dimos, después de chocar con todo el mobiliario de la oficina, que nunca volverán a tener el color de antes, una vez acabada nuestra jornada festivo-laboral nos subimos al coche y pusimos el aire a 10 grados, que Greenpeace, los pingüinos y el cambio climático nos perdonen.

Una vez dentro y con los ojos ya bien abiertos pudimos comprobar que ni uno sólo de los semáforos de nuestro recorrido habitual para llegar a casa funcionaban. Como sustitutos de emergencia se habían apostado, estratégicamente, cuatro guardias urbanos, en un recorrido de unos cinco kilómetros y 40 semáforos aproximadamente, que sudando la gota gorda y al borde de la insolación lanzaban manotazos, esta vez sin chocar fortuitamente con ningún transeúnte, pero quizá por ello, sin mucha convicción.

El llegar a casa y ver que el ascensor no funcionaba no nos hizo mucha gracia pero optimistas por naturaleza, que vivimos en Barcelona ojo, y la situación no podía durar, nos decidimos, después de hora y media esperando a que se arreglase, a hacer algo de ejercicio y subir las escaleras por primera vez en nuestras vidas, comprobando a pesar de la oscuridad, que no faltaba ni una.

Una vez ya en nuestro rellano observamos un pequeño charco de agua al cual no dimos mucha impotancia. Injustamente, ya que dentro de la cocina el agua que caía del congelador era lo más cerca que hemos estado de las cataratas del Niagara. No hay mal que por bien no venga y al mover la nevera, con mucho esfuerzo, para intentar limpiar el desaguisado, observamos que hay vida detrás de ella y con mejor pinta que los alimentos que teníamos guardados en el congelador, que ya no se encontraban precisamente congelados. Pero en casa gaitera no se tira nada, y hemos confirmado en primera persona que lo que no mata, engorda.

De hecho seguro que no hemos sido los únicos que hemos descubierto cosas que desconocíamos. Estamos convencidos que más de uno se habrá dado cuenta, a pesar de la oscuridad, de que vive en pareja y que de aquí a a nueve meses o así, se producirá un nuevo baby boom que hará que las plazas libres en las guarderías, públicas o no, sean aún más escasas y por imposible que parezca, más caras. Y es que a oscuras todos los gatos son pardos y la falta de tele es muy traicionera.

Es probable que nombres como Voltio o Vattio de todos los santos como homenaje a tan señalado y oscuro día, sean habituales de ahora en adelante. Nombres más raros se han visto. Recordemos sin ir más lejos que el apagón de quinqués y lámparas de gas en el Buenos Aires y Sevilla de principios del siglo XX, de los que ahora nadie se acuerda, provocó que figuras del relumbrón, nunca mejor dicho, o peor, según se mire, de Amperio Argentina y Pastora Amperio se llamasen como se llaman y no de otra forma.
También hemos podido comprobar que algunos de nuestros periódicos no han podido evitar caer en la tentación de titular algunas de sus crónicas con expresiones como no es de recibo, o no se hizo la luz de la misma manera que cuanda el barça juega en Liverpool, siempre hay algún diario que no se resiste a titular la crónica del partido con que noche la de aquel día.

Lo que tampoco nos ha llamado la atención es el sosiego y el estoicismo, una vez más, con que los barceloneses nos hemos tomado el trance, si exceptuamos algunos pequeños e improvisados conciertos de cacerolas y demás utensilios de cocina en mi bemol. Pero que no nos haya sorprendido no evita que nos asalte una duda. A pesar de que agradezcamos el empeño de nuestros dirigentes en enseñarnos como vivían nuestros antepasados en las cuevas de Altamira y alrededores, ¿qué es necesario para digamos basta y por una vez obliguemos a que alguien asuma sus responsabilidades?

Quizá haya influido a tal mansedumbre el que celebremos el décimo quinto aniversario del inicio de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Y tal vez mucha gente, que los recuerda con cariño, haya pensado que todo esto tiene relación con tal acontecimiento.

Tal vez sea eso lo que haya evitado que hayamos salido a la calle, guillotina en ristre a pedir que rueden cabezas o cortarlas nosotros mismos.

Lo que sí parece claro es que aquel evento supuso nuestro canto del cisne. Desde entonces vivimos embobados olímpicamente en una ciudad en la que sus dirigentes han dejado de pensar en los que vivimos en ella, con nuestra aquiescencia, para hacerlo en los que nos visitan cada año en mayor número que el anterior. Lo cual tampoco es malo, especialmente si vives fuera de Barcelona.

Si el apagón finalmente se confirma que tiene relación con tal efeméride da miedo pensar lo que nos espera cuando celebremos el vigésimo quinto aniversario. En todo caso ha llegado la hora de pasar página. Se acabó.

Queremos soluciones. Mientras los que nos gobiernan encuentran unas que sean definitivas y de mayor calado y a la espera de que solventen temas mucho más urgentes como la cesión del castillo de Montjuic y si el ave pasa por debajo o por encima de la Sagrada Familia, nosotros proponemos la instalación de pebeteros, no hacen falta que sean olímpicos con tal de que funcionen, a lo largo y ancho de la ciudad y con una separación entre ellos no menor de cincuenta metros.

También proponemos que sea obligatorio, al igual que los chalecos reflectantes y los triángulos en los coches, la presencia de por lo menos un casco de minero con sus luces incorporadas en perfecto estado y un juego de repuesto en todas las casas, evidentemente a cargo de los ciudadanos. Así evitaremos que el gasto público que tal pedido supondría, impida ampliar el número de terminales del aeropuerto del Prat y los ejecutivos y demás ilustres miembros de la sociedad civil catalana tengan que seguir haciendo escalas en sus viajes de negocios y/o placer transoceánicos y el riesgo de que pierdan sus maletas no disminuya.

Para que no cunda el desánimo y se nos haga aún más evidente cuál es nuestra situación actual, proponemos también la creación de una especie de alianza de las ciudades, que está de moda, o mejor sería llamarlo una liga, en la que diferentes ciudades del mundo mostrasen sus capacidades compitiendo unas con otras.

Ciudades como la nuestra, Bagdag y Beirut que hemos mencionado al principio, Marbella, Benidorm y unas pocas más, sin exagerar, que de lo que se trata es de ganar la competición y así aumentar la moral del contribuyente.

Con nuestro currículum no tendríamos problemas en ser escogidos como cabezas de serie y eso ayuda lo suyo. Como también tenemos experiencia contrastada en organizar todo tipo de eventos ya consolidados o incluso en crear otros de la nada, tampoco tendría que sernos difícil ser elegidos como sede, lo cual para el resultado final sí que podría ser ya definitivo.

Como himno inaugural y ya que las arcas municipales según parece no están para echar cohetes podríamos utilizar la simpática canción que inmortalizaron la no menos inmortal Montserrat Caballé y el no menos mortal Freddie Mercury. Se ve que hubo gente a la que le gustó aunque es un dato que no hemos podido confirmar.

Debido al tiempo transcurrido desde su creación, acaso fuera necesaria una pequeña modificación de la letra y ya puestos pedir, que algún ilustre músico, también actual, la interpretase.Y no alguien cualquiera no, sino alguien muy especial, acorde a lo que la ciudad ofrece y se espera de ella. Alguien que además, sea testigo atento de los nuevos tiempos y haya introducido en su trabajo musical, que si bien es cierto sólo se reduce a una canción, como dirán los críticos, pero que canción, lo que nos acontece y no tenga miedo a hablar incluso de opas, hostiles o no, o de las bondades de la vida en el campo en oposición a la de las ciudades.
Alguien como por ejemplo, el Koala.

Y así todos juntos, grandes y pequeños, turistas o no, cogidos de la mano, unidos como si fuéramos uno, gritando a pleno pulmón ...

Nananiiii, Barcelonaaaaaaaaaaaaaaaa.....quién te ha vistoooo, ninonaaa y quien te veeeee, aunque seaaaa a oscuraaaaaaaaaaas, Barcelonaaaaaaaaaaaaaaa......

Opá.