miércoles, 6 de junio de 2007

Biografías selectas. Juanita Bowie






Prosiguiendo con nuestra sección más longeva, dedicaremos el artículo de hoy a glosar la figura de nuestra compañera Juanita Bowie, dama de etérea belleza y carisma sin par, según ella y nueve de cada diez expertos en bellezas etéreas consultados.

A pesar del apellido, no le une ningún vínculo consanguíneo ni de ningún otro tipo con David Bowie, otrora rey del glam, famoso entre otras cosas por sus ojos de diferente color, el uno del otro, si exceptuamos que sus pechos, los de Juanita sí que son de sabor diferente, en este caso no según ella y sí según diez de cada diez individuos consultados que han tenido el placer de saborearlos.

Desciende del otro Bowie famoso, el creador del cuchillo que no por casualidad lleva su nombre, el legendario coronel Jim Bowie, único norteamericano que sobrevivió al asedio del Álamo por parte de las tropas mejicanas del general Santana.

A pesar de que Hollywood y los libros de historia con buen criterio y siguiendo la máxima del oeste, -cuando los hechos se convierten en leyenda, imprime la leyenda-, nos han hecho creer que no hubieron supervivientes, el tatatatatarabuelo de nuestra compañera cuando vió que la situación no tenía remedio cogió el petate y su colección de cuchillos y se embarcó en el primer barco que encontró.

Después de más de tres meses de travesía, desembarcó en el puerto de Cartagena, no la de Indias donde creía que se dirigía sino la de Murcia, que hermosa eres, y de allí a Albacete donde hizo fortuna fabricando y comercializando cuchillos y navajas de todo tipo, material y tamaño.

De origen pues acomodado, nuestra amiga, fue educada en los mejores y más estrictos internados suizos.
Debido probablemente a que como en todo internado que se precie el uniforme era obligatorio, siempre ha gustado de vestir a la última aunque a la hora de desvestirse nunca le ha hecho ascos a ser la primera.

Tras completar sus estudios en las más distinguidas universidades francesas, decidió instalarse en Barcelona, ciudad en la que vive y trabaja como gestora cultural del ayuntamiento, a pesar de no haberse presentado a ninguna oposición, entre otras cosas, debido a su apabullante currículum.

En sus ratos libres, que como funcionaria de pro no son pocos, ejerce de videoartista y son legión las obras de todo tipo y duración que ha colgado en los portales de internet creados a tal efecto.

No se pierde un estreno, de teatro por supuesto, con especial predilección por aquellos que retoman los clásicos y sin encomendarse a dios ni al diablo los hacen actuales a base de vestir a los actores, en un alarde de originalidad, con vestidos y trajes de hoy en día diseñados principalmente por Antonio Miró.

Juanita tiene numerosos amigos del mundillo teatral con los que se saluda con un beso en los labios, sin hacer distinción de género, algo habitual y gran aportación, única según sus críticos, del teatro a la vida moderna.

Afrancesada, como habréis imaginado, hasta la médula espinal y más adentro, suele intercalar expresiones del idioma de Molière en sus conversaciones.

Últimamente la más utilizada es Je ne suis pas la Juani, yo soy la Juanita.

Si tuviera que anunciarse en las páginas de contactos de los diarios nunca lo haría como prostituta.

Se ofrecería como proustituta en homenaje a uno de sus autores preferidos y después de cada servicio, completo o no, obsequiaría a sus clientes con una magdalena.

Pasar la adolescencia en un internado es lo que tiene.

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