Periódica y machaconamente nos bombardean por tierra, mar y aire con noticias e informaciones supuestamente definitivas sobre las causas de la muerte de Diana de Gales. Que si el conductor iba borracho, que si iba de coca hasta las orejas, que si el servicio secreto al servicio de su majestad estaba involucrado, que si iba a casarse con Dodi Al-Fayed, que si estaba embarazada de él...
Homenajes por aquí, homenajes por allí, todos ellos organizados por el ubicuo Elton John, antiguo cantante reciclado en comercial de postín de pelucas y buenas causas.
Declaraciones incendiarias de Mohamed Al-Fayed, padre de Dodi, dueño de Harrod's, El Corte Inglés inglés, obsesionado en ver conspiraciones donde probablemente sólo había exceso de velocidad.
Documentales, programas de televisión, coloquios, debates, mesas redondas, entrevistas y más entrevistas con cualquiera que tuviera relación aunque fuera de manera tangencial con la llamada princesa del pueblo.
Los últimos en subirse al carro televisivo han sido sus hijos, Guillermito y Harry - el que iba vestido de oficial nazi, con svástica y todo en una fiesta de disfraces-, a cual más travieso, por no decir alcóholico.
Hace unos días eran noticia porque se habían gastado en un supermercado cerca de dos mil euros en bebidas para una fiesta. Como buenos miembros de la familia real británica suponemos que el dispendio se centró en destilados propios de su país, siguiendo una tradición antiquísima de la que su familia siempre ha hecho gala.
Recordemos sin ir más lejos que la práctica totalidad de las destilerías y plantas embotelladoras de ginebra ubicadas a lo largo y ancho de la campiña inglesa pararon máquinas durante cinco minutos como homenaje y recuerdo póstumo a la que había sido una de sus máximas valedoras, la madre de la reina Isabel II. De hecho las acciones de estas empresas todavía no han recuperado su valor de entonces en la Bolsa londinense.
Pero si los dos rubiales reales y el resto de su familia se beben hasta el agua de los floreros, si son dos agentes neo-cronwellianos infiltrados encargados de restaurar la república, si Diana fue asesinada o tenía previsto casarse con el tal Dodi, nos trae al pairo.
En vida o después de su muerte, nunca nos importó lo más mínimo. Para nosotros Los gaiteros, sólo ha existido una Diana y no hay sitio para ninguna más.
Diana Ross y sus Supremes, las maravillosas Florence Ballard y Mary Wilson.
Con todos vosotros, desde Detroit, gentileza de Motown Airlines, sin escalas en la pérfida albión y Móstoles, la auténtica, la única, la verdadera Lady Di con uno de sus grandes éxitos y nuestro favorito, The Happening.
Y de regalo otra joya , ésta mano a mano con Sammy Davis Jr.
A disfrutar.
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