Continuamos con nuestra sección de Biografías selectas.
Es el turno de nuestro científico de cabecera, el Doctor Clon.
Vilipendiado y masacrado por la prensa nacional e internacional, por supuestos errores y falsedades en sus teorías sobre la clonación, investigaciones a las que dedicó los mejores años de su vida en Corea del Sur, país que lo acogió, bajo sus ojos rasgados descubrimos a un hombre entrañable y sacrificado que lo único que buscaba era el cariño que su padre nunca le dio.
Nacido en Cuenca, a pesar de su apariencia, se le quedaron los ojos de tal guisa de tanto estudiar por las noches para complacer a su padre, universitario frustrado de cachete fácil.
Niño prodigio, tocaba el órgano Casio en clave funky y rythm' blues antes de los cuatro años. Su juguete preferido era un microscopio y los muñecos Ken de su hermana, ojito derecho de su padre. De su padre, de su madre y de todos los abuelos.
Ex-doctor honoris causa por varias universidades y ex-científico renombrado, sólo para contentar a su exigente progenitor, lo único que desea es que le quieran por lo que es, un hombre sensible, con miopía, astigmatismo y vista cansada, sí, pero con un corazón que no le cabe en el pecho.
Retirado de las investigaciones sobre clonación que tanta fama y dolores de cabeza le dieron, dedica todos sus esfuerzos, además de las investigaciones gaiteras, a reivindicar todo lo que con Cuenca tiene relación, a través de su ONG, Cuenca también existe.
Últimamente va mucho al gimnasio y se ha depilado todo el cuerpo.
Sigue jugando con los Ken de su hermana. A ratos.
Próxima entrega: Juanita Bowie
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