miércoles, 18 de julio de 2007

Stax si. 50 aniversario



Actualmente, sobretodo por nuestros lares, la ciudad de Memphis es conocida, principalmente, por su equipo de baloncesto profesional. En él juega nuestro baloncestista más dotado, Pau Gasol, jugador que, con una nómina de 12 millones de dólares anuales se ha pasado medio año sin jugar debido a una lesión que se produjo jugando con otro equipo y el otro medio despotricando de su equipo y ofreciéndose al mejor postor. Todo un ejemplo de profesionalidad que por aquí nos ha hecho mucha gracia. Y más gracia que nos haría si tal actitud la hubiésemos observado en alguien más cercano, alguien como Ronaldinho, por poner un ejemplo. Las risas se podrían oír en Memphis y confundirse con las de los aficionados de los Grizzlies. Todo un batiburrillo sonoro de lo más cómico. Por suerte, es un decir, somos del Barça y el basket nos importa más bien poco.

Pero Memphis es mucho más que la sede de unos de los peores equipos de la NBA.


Allí se fundó hace cincuenta años el sello musical Stax, sin el cual la música negra y por tanto la música, no serían lo mismo.

Creado por Jim Stewart y Estelle Axton con el nombre de Satellite Records no fue hasta el 1961 que cambió su nombre por el de Stax, juntando, en una alarde de originalidad las dos letras iniciales de los apellidos de sus fundadores.


Rufus y Carla Thomas, Sam & Dave, Otis Redding, Booker T. & The MGs, The Bar-Kays, Eddie Floyd, Isaac Hayes, The Staple Singers, toda una legión de grupos y solistas que revolucionaron el soul y el rythm'n blues y que han influido en multitud de músicos posteriores. Incluso en aquellos que parecen estar en las antípodas de lo que Stax proponía.


El más notorio de estos últimos es, el un tanto olvidado, Chimo Bayo, padre putativo de la fiesta ochentera del Levante peninsular. Su mítico himno, stax si, stax no, exta canción me la bailo yo, no es un sino un encendida declaración de amor al no menos mítico sello americano.


Así pues, al igual que el legendario rey de la música industrial, pero de manera más modesta recordemos con dos pequeñas muestras lo que fue y supuso el llamado sonido stax.


¡¡Con todos vosotros, los grandes Otis Redding y Eddie Floyd!!









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