lunes, 29 de enero de 2007

I don't feel good


En este nuevo blog multidisciplinar que apenas comienza a caminar, como diría por ejemplo Lauren Postigo, inauguramos una nueva sección de la que se encargará el más dotado de todos nosotros para ello, nuestro compañero y sin embargo amigo, el Doctor Clon.

Con el rigor que le ha caracterizado en toda su carrera a pesar de lo que las malas lenguas van diciendo por ahí, desde hoy se ocupará de todos los reportajes de investigación que este blog tenga a bien realizar. Una vez más, la actualidad manda y recién llegado del Hospital Emory Crawford Low de Atlanta, nuestro doctor preferido está en condiciones de desvelar cuáles fueron las úlimas palabras del padrino del soul, el rey del ryth'm'blues, el hijo predilecto de Atlanta, el padre de sus numerosísimos hijos, el tío de sus sobrinos, el mismísimo amo del calabozo y de muchos sitios más.


"I don't feel goo oo ddd dd..."


Ni más ni menos. Como no podía ser de otra forma, el tigre de Georgia, se despedía de nosotros a través de la enfermera del turno de noche mientras la poseía carnalmente, tal y como había hecho con varias de sus compañeras a pesar de la neumonía que padecía.

El tigre dejaba de rugir haciendo lo que más le gustaba, moviendo las caderas como sólo él sabía hacer.

Beverly D'Angelo Badalamenti, traumatóloga de la quinta planta y autora de la tesis El movimiento pélvico de James Brown no es de este mundo, se quejaba amargamente: -"A mí sólo me pellizcó el culo."

Lástima Beverly. Nadie te dijo que la vida fuera fácil.


I don't feel good. Y nosotros tampoco.


El rey ha muerto. Larga vida al rey.

domingo, 28 de enero de 2007

Promociones exclusivas by Los gaiteros



Uno de los motivos fundacionales de este blog es, obviamente, forrarnos. Como no sabemos hacer nada mejor que los demás, a la espera de una futura subvención y mientras decidimos con que partido concurrimos a las próximas elecciones municipales y en que municipios nos vamos a poner las botas recalificando terrenos, se nos ha ocurrido ofreceros la que es la primera de una larga serie, o no, de promociones especiales y exclusivas que esperemos os gusten o cuando menos compréis para que podamos ir tirando mientras tanto.


La primera está dedicada a la ejecución de Sadam Hussein. Y viene con tropecientos extras y contenidos adicionales. A saber:

Sadam: Ese hombre.
Disco 1:
-Momentos con Sadam (Antes y después de la ejecución)
-La ejecución, propiamente dicha.
-Sadam sin bigote.
-Entrevistas con 13 de los hombres que hicieron de doble de Sadam durante su vida (la de ellos y la de Sadam) con declaraciones escalofriantes del tipo: "-A mí el bigote me hacía cosquillas... y a mi mujer también."

Disco 2:
-Después de la ejecución: Secuencias eliminadas, si es que todavía queda alguna.
-Entrevista con el cocinero personal de Sadam: "Era un sol, me comía de todo aunque siempre se mojaba el bigote con la sopa."

Disco 3:
-El montaje del director ... del director de la prisión.
-El documental Irak y Sadam (Por qué todos los hombres y mujeres de Irak llevaban el mismo bigote).

Disco 4 y último:
-Historia viva, o no tan viva, de nuestro siglo. Otros que de jovencillos se quedaban en la disco hasta que encendían las luces:
.Ceaucescu.
.Mussolini.
.Manolete

Y todo ello por un tiempo muy limitado y por el módico precio de 79.83 euros.

¿Qué es caro? Y ¿cuánto cuesta ir a cenar en Barcelona? No digo a lo grande sino compartiendo un primero y el postre y sin vino. ¿Eh? ¿Cuánto?
Pues eso, cenáis un día en casa que tampoco os pasa nada y listos y aún os sobra dinero.

Y a los ratillas y poco solidarios que piensen que todo esto ya lo dan por televisión, en todas y a todas horas que sepan que ir a cenar o comprar esta joya audiovisual, de acuerdo, tiene un precio.
Pero estar en casa, en tu sofá y darle palante y patrás al mando del dvd, ahora está vivo, ahora está muerto, esto, vamos, esto no tiene precio.

Podéis pagar también con mastercard.

*Y para las 53 primeras personas que lo compréis, de regalo, el juego interactivo para toda la familia Que levante la mano quien se quiera salvar, salvarrr con música de King África. Ahí es nada.

miércoles, 24 de enero de 2007

El pinocho y el otro


Nos gustaría empezar éste humilde blog hablando de cualquier otra cosa. Incluso respetando el título, podríamos hacerlo del incomprendido muñeco de nariz fluctuante y del otro, Pepito Grillo por ejemplo o a nivel más autóctono, del archiconocido y archiactivo propietario del bar Pinotxo de la Boqueria, que casualmente también se llama Pinotxo, y de otro, por supuesto.

Pero defunciones obligan y no nos queda más remedio que empezar esta aventura, es un decir, haciéndolo de dos personajes que nos han dejado hace poco, con más similitudes entre ellos que las apreciables a primera vista, empezando por el mostacho, de estraperlista uno, prácticamente igual que el resto de sus conciudadanos el otro.

Nos referimos como el lector más avispado, y el otro también, no nos engañemos, habrá adivinado, incluso sin decir sus nombres, al pinocho y al otro.

No deja de ser chocante no obstante, que a pesar de todo hayan tenido finales tan distintos. En la cama el primero; algo menos relajado el segundo.

Por estos lares nos ha extrañado más la segunda opción que la primera. Quizás, entre otras razones, porque la primera, la de morir en la cama, nos suena. Eso sí, sin juez Garzón por medio, otro que no para, ni juicios ni extradiciones ni nada que se le parezca.

Al contrario, treinta años después, quien designó como sucesor sigue felicitándonos la navidad por televisión, pongas el canal que pongas, de manera campechana eso sí.

No sólo eso. Nadie ha tenido la curiosidad no ya de investigar todas las muertes y desaparecidos durante sus cuarenta años en el poder, cuarenta, sino tan siquiera de echar un vistazo a las cuentas de la familia, numerosísima, que le sobrevive. Nadie. Y no parece a priori que la (mal) llamada ley de memoria histórica vaya a corregirlo. De olvido histórico sería pues, más apropiado llamarla.

Eso sí, nos hace gracia que una de sus nietas, la que peor baila espero, cada semana se mueva al son de un pasodoble, de un charleston, o incluso de un hip hop (aquí la perdonamos ya que eso no hay quien lo baile). Y lo hace por la módica cantidad de siete millones y pico de pesetas, extraídas íntegramente, como hacía el abuelete, del erario público.

Sería injusto no reconocer que algo hemos evolucionado. Antes era él quien nos hacía bailar como le daba la gana. Ahora es ella la que por lo menos baila para nosotros.

Nos hemos sido tan breves como nos hubiera gustado. Prometemos enmendarnos en futuras ocasiones