Amantes de la buena cocina y firmes defensores, sobretodo cuando de comer se trata, de que, como decía el actor Antonio Gamero, como fuera de casa en ningún sitio, nos hemos propuesto al igual que ya sucede en la mayoría de las cartas de los restaurantes barceloneses, modificar a nuestro antojo el nombre de nuestro platos preferidos.
Desde hace años, sin mucho éxito es cierto, venimos insistiendo en rebautizar un clásico de la oferta culinaria local, el magret de pato, como margret de pato, en claro homenaje, ya que de esto se trata, a una de nuestras chicas preferidas Ann Margret, actriz sueca algo olvidada hoy en día, pero que hizo furor en los sesenta, de forma (y formas) más que merecida y que actualmente parece abocada a cortos papeles de madre de la protagonista.
Aunque no siempre estamos de acuerdo, en este caso, una imagen vale más que mil palabras. Disfrutad pues, de esta secuencia de la que probablemente sea una de sus películas más populares, Viva las Vegas.
Con ustedes, al lado del rey, la reina Ana.
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